Frondal
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Este conjunto residencial High End está concebido como un refugio entre bosque y lago. Ubicado en una de las zonas de mayor crecimiento urbano en Valle de Bravo, este desarrollo nace con la intención de equilibrar modernidad, exclusividad y cercanía con la naturaleza. Su esencia está en ofrecer un estilo de vida donde el confort contemporáneo convive con la calma del entorno.
A tan solo 15 minutos del pueblo de Valle de Bravo, un destino reconocido a nivel mundial por su riqueza cultural y natural, este proyecto se despliega en un paisaje de montañas, agua y aire puro. Cada decisión de diseño busca integrarse con el territorio, logrando espacios que se abren al horizonte y dialogan con el paisaje circundante.
Este no es solo un conjunto residencial, es una manera de habitar Valle de Bravo. Un proyecto que entiende la belleza de lo esencial: la naturaleza, la arquitectura y la vida en comunidad.
Antonio Morodo Diaz (MRD):
MRD se concibe como un espacio independiente dedicado a explorar la arquitectura más allá de la forma. Su enfoque parte de la investigación y del análisis profundo del contexto, buscando proyectos que no solo construyan, sino que generen conexiones duraderas con la sociedad y el entorno.
La práctica de MRD es interdisciplinaria y colaborativa: integra arquitectura, diseño urbano y estrategias de proyecto con un sistema de trabajo inclusivo que potencia el talento y la creatividad de cada colaborador. Cada proyecto se entiende como un diálogo abierto, donde las ideas se confrontan, se amplían y se consolidan en propuestas sólidas.
Cada intervención es un ejercicio de síntesis y claridad. Espacios que combinan precisión y flexibilidad, capaces de adaptarse al paso del tiempo y a las transformaciones de quienes los habitan. Una arquitectura que permanece sin imponerse, generando experiencias significativas y memorables.
Valle de Bravo es un lugar donde el lago y el bosque se encuentran en armonía. Las mañanas despiertan con la bruma sobre el agua y el canto de las aves, mientras que las tardes caen entre cielos cálidos y el susurro constante de los pinos. Aquí, la vida sigue un ritmo distinto: más sereno, más cercano a la naturaleza y a la comunidad.
Lo que nos atrae de Valle de Bravo es su equilibrio natural y cultural. El lago se mezcla con senderos de montaña, las casas conviven con la vegetación y la actividad local se integra con el turismo de manera respetuosa. Es un lugar que invita a observar, disfrutar y pertenecer, sin prisa ni artificios.
Aquí, cada amanecer es una oportunidad para mirar el horizonte y cada día se vive con la calma de lo esencial. Valle de Bravo no busca imponerse, se revela con sencillez. Y en esa honestidad, entre la fuerza del lago y la quietud del bosque, reside su belleza más profunda.