$17,000,000 MXN
438 m²
3.5
No
Enero 2025
/Escríbenos
Casa Jardín es un conjunto exclusivo de tres residencias que se integran con el paisaje de Lomas de Tecamachalco, borrando los límites entre interior y exterior.
Cada hogar está diseñado para vivir en conexión con la naturaleza: terrazas amplias, jardines privados y ventanales de piso a techo que abren la vista al entorno arbolado. La arquitectura se adapta al terreno, creando espacios luminosos, serenos y funcionales.
Ubicada a minutos de zonas clave como Palmas, Reforma y Santa Fe, Casa Jardín combina la tranquilidad de un entorno natural con la cercanía a lo esencial. Es un lugar para vivir con calma, sin renunciar a la ciudad.
Pensada para el día a día contemporáneo, Casa Jardín incorpora amenidades que responden a nuevas formas de habitar: espacio para bicicletas, seguridad 24/7 y áreas al aire libre que invitan a convivir, descansar y reconectar.
CPDA Arquitectos, fundado en 2016 en la Ciudad de México por Juan Pablo Cepeda Restrepo, se ha consolidado como un referente de innovación y excelencia en arquitectura contemporánea. Su compromiso con la calidad y la precisión se refleja en proyectos que dialogan respetuosamente con su entorno, fusionando el legado histórico mexicano con una visión moderna y progresista.
La firma ha sido reconocida con la Medalla de Oro en la Primera Bienal de Arquitectura de la Ciudad de México, además de varios premios nacionales e internacionales como menciones honoríficas en la Bienal de Jóvenes Arquitectos, nominaciones al Premio RIBA y galardones en festivales como el World Architecture Festival, International Architecture Awards y Archmarathon.
CPDA Arquitectos se distingue por reinterpretar la identidad de cada sitio con sensibilidad y rigor, creando espacios que inspiran y transforman, equilibrando tradición y vanguardia en cada proyecto.
Lomas de Tecamachalco es una pausa entre dos mundos: el pulso acelerado de la ciudad y la calma discreta de lo cotidiano. Es el sonido lejano del tráfico que se mezcla con el canto de las aves, el viento que roza los árboles viejos, el sol que se cuela entre terrazas, jardines y azoteas.
Lo que nos atrae de Tecamachalco no es su silencio, sino su discreción. Aquí, la vida se mueve con suavidad: en las rutinas conocidas, en los saludos entre vecinos, en la sombra que proyectan las jacarandas al atardecer. Es un lugar que no busca escapar de la ciudad, pero sí tomar distancia.
Entre calles que suben y bajan, fachadas que guardan historias y espacios que miran hacia adentro, descubrimos una forma íntima de habitar: sin pretensión, con memoria, con cierto resguardo.